martes, 20 de septiembre de 2011

Reseña del CD La Armadura Luminosa, de José-Manuel Montesinos

Este trabajo musical de José-Manuel Montesinos, La Armadura Luminosa,   consta de 18 canciones, interpretadas la mayoría de ellas junto a su esposa Paqui Alonso. El CD supone más de una hora de música para la oración y el compromiso, aunando lírica, mística y profética. Sus principales características estéticas y éticas son: la sencillez del sonido –con presencia de la guitarra española y de unos pocos arreglos más-, el lenguaje poético, la belleza de las melodías, la interpretación natural y sincera -sin alardes en las voces ni en los instrumentos- y la profundidad de las meditaciones -con raíces en el Evangelio, los salmos, la oración de los santos y la propia experiencia de fe de este matrimonio miembro de una pequeña comunidad de familias (APF Con Vosotros Está)-. La idea motriz que da título a una de las canciones y a todo el CD es la frase de San Pablo a los Romanos 13, 12:
La noche está avanzada, el día se echa encima:
dejemos las actividades de las tinieblas
y revistámonos con la armadura luminosa.


En torno a este eje de ser luz en medio de las diversas tinieblas que nos envuelven, se construye un largo rato de escucha orante. En la primera parte (canciones 1-4) nos ponemos en presencia de Dios, nos abandonamos a su voluntad, nos preparamos para escucharlo y entonamos las alabanzas de las criaturas a su Creador. Aquí y ahora: No tenemos más, aquí y ahora, que este instante en el que estás presente, oh Dios. Aquí estás, Ahora. Abandono (Oración de Charles de Foucauld): Padre mío, Tú haz lo que quieras de mí, me abandono a Ti, de Ti me fío. Descálzate: Descálzate, porque la tierra que pisas es sagrada. Alabanzas: Alabad las criaturas / a vuestro creador, / alabanza, alabanza de amor. // Arroyo con ansias de río/ refleja la gloria de Dios / con agua entre cantos que riman / una alabanza. // El sol rasga brumas de niebla / con un solo de saxofón. / Cual manso animal muge el campo / esta alabanza.

En la segunda parte (canciones 5-10) se concretan algunas de las claves que pueden ayudarnos a revestirnos de las armas de la luz: así, en el Salmo de la casa y de los hijos (Salmo 127/126), el hogar cristiano y la formación de una familia: En vano te levantas tan temprano / y te acuestas tan tarde / y en procurar el pan tanto te afanas, / cuando Él colma en el sueño a sus amigos.// Son los hijos regalo del Señor / y es el fruto del vientre premio suyo. etc. En La armadura luminosa, con un lenguaje muy poético, y en primera persona, el autor da voz a todos los que se han revestido de la armadura luminosa y han llevado la fe por el mundo: Como un San Jorge medieval / de una leyenda espiritual / he salido a los caminos / por buscar el Santo Grial, / bajo la noche tenebrosa, / revestido de armadura luminosa. // Luminosa mi ventura, / luminosa mi aventura, / luminosa, / soy luciérnaga/ en la ciénaga / donde ruge el Gran Dragón. En Busca en tu corazón se narra la propia experiencia de conversión y se anima a buscar el Reino de Dios en las cosas sencillas del corazón humano: Quiero que sepas / que he encontrado el tesoro / y tengo la perla / y allá mar adentro / he echado mi red, / y es que he encontrado el tesoro / de amor y esperanza y fe.// Si andas buscando entrar / al Reino de Dios, / No busques fuera, / busca en tu corazón. En La ofrenda de la viuda se resalta la experiencia, tan presente en nuestras comunidades, de la mujer viuda que se vuelca en la parroquia y en la caridad; ellas sí que muestran las armas de la luz en la oscuridad: Da cada segundo sin él / transfigurado en amor. / Solidaria soledad. / Da lo que hace falta al vivir / y es bella ofrenda ante Dios, / pues lo que tiene lo da. // Y mientras todos dan de lo que estorba / ella da de lo que importa / y vale más.// Y mientras todos dan de lo que sobra / ella da lo que le hace falta… / amor. En Miércoles de ceniza se medita sobre los asuntos fugaces de la vida, a los que tanta importancia dan los poderes de lo oscuro (Cenizas son los sueños, / cenizas, la ilusión. / Se queman, como leños, poder y posesión) y se reivindica el amor verdadero como lo único que permanece (Solo amor siempre arde. / Solo amor se eterniza, / Solo amor, a la tarde, / enciende fuego en la ceniza). Esta segunda parte del CD termina con una pregunta, que en el fondo es una luminosa respuesta que nos tranquiliza ante todas las posibles dificultades, pregunta y canción inspiradas en Romanos 8, 31, Quién podrá apartarnos del amor de Jesús (Ni aflicción, ni angustia, / ni persecución, / ni el hambre, ni el peligro, / ni la desnudez, / ni las pruebas en la lucha, / ni la desesperación,/ ni estar frente a la espada / y ante la pared)

La tercera parte del CD (canciones 11-15) aborda diversas maneras concretas de ser luz en medio de las diversas noches tenebrosas que nos afligen. En Icono la respuesta está en el arte, como manera de salvación y de ser reflejo del amor creador y redentor del mismo Dios (El icono iluminado / me revela al Salvador / en diálogo entablado, / a color, / entre Dios y la criatura, / del pincel a la pintura, / por la mano de un artista, / por la mano de un artista / creador.// Dios es amor / creador. / “Hágase” dijo. / Dios es amor: / por amor / nos dio a su Hijo. / Dios es amor / redentor.). A la flor de Romero es un homenaje a Monseñor Óscar Romero, que fue capaz de anunciar la auténtica justicia de Dios frente a las injusticias concretas de los hombres; la canción, entretejida con las palabras del propio Romero en su última homilía, reflexiona sobre la verdadera actitud de testimonio del mártir en la actualidad. Siguiendo con otro testigo profético que ha dado su vida por la Verdad y la Justicia, Ignacio Ellacuría, Contradanza muestra el camino de la santa “indignación” cristiana, que no es la de reivindicar unos cuantos deseos de bienestar y vida acomodada para unos pocos, sino la de aprender de los pobres y oprimidos en la línea del Evangelio y de Jesús de Nazaret. Seguidamente, en El artista del hambre, homenaje al preso Orlando Zapata y con él a todos los que sufren represión política en las cárceles del mundo, volvemos a encontrar otro testimonio de lucha pacífica y no violenta, la de la huelga de hambre como último recurso, también muy evangélico, para reivindicar los derechos pisoteados por los poderes políticos injustos.
Finalmente, se cierra esta tercera parte del CD con Corazoncito de ambrosías, que se adentra con ternura en el Sagrado Corazón de Jesús, Él es raíz de nuestro compromiso por el Reino de Dios (Decía palabras sencillas: / “perla, oveja, tesoro, mostaza, semilla…” / A veces se quedaba en silencio / y un estremecimiento / le sacudía. // Decía “felices, un día…” / “Con los pobres…” “El Reino…” “Mi Padre…”, decía. / A veces se apartaba hasta un monte / para orar en la noche… / Y se conmovía… // Compasivo, misericordioso, / corazoncito de ambrosías, / sabio, humilde, fuerte y valeroso / corazoncito de ambrosías.)

Tras esta mirada a las sombras del mundo y a la luminosa respuesta de Jesús y sus testigos, el CD termina (canciones 16-18) con la reflexión frente al último gran enemigo, la muerte, y profundiza en el auténtico sentido de la vida para un cristiano. Hay que ser Como el lirio en el prado, o como el mirlo en la rama, que nuestra vida sea un canto / de acción de gracias.// Como estrella en la noche, / como un mar de galaxias, / que nuestra vida sea un derroche / de luz y gracia. Así, pues, los verdaderos testigos saben que El amor es más fuerte que la muerte porque Jesús ¡Resucitó de entre los muertos! / ¡Ya no hay temor!/ ¡Resucitó!/ ¡Y el que durmió,/ en Cristo despierte! / Porque el amor / es más fuerte, / es más fuerte / el amor / que la muerte. Por eso confiamos en la resurrección de nuestros muertos y de nosotros mismos. Esa es la fe de la Iglesia, la fe que profesamos y que nos reviste luminosamente. El CD acaba con la austera meditación de Todo Dios nada más (En lo que soy, / Dios ahí, no yo./ En lo que quiero, / Dios ahí, no yo. / En lo que hago, / Dios ahí, no yo. / En lo que pienso, / Dios ahí, no yo.// Todo Dios, todo Dios, todo Dios… / Nada yo, nada yo, nada yo… / Sólo Dios, sólo Dios, sólo Dios, / Nada yo...)

Quizá el mundo y sus sombras no entiendan esta renuncia a uno mismo como la manera de alcanzar la auténtica realización personal, pero este es el camino que han marcado Jesucristo y todos los santos, la única forma de ser realmente luz en lo oscuro, ser ascéticos, místicos y proféticos, revestidos de la armadura luminosa.

Redacción: Reseña del CD La Armadura Luminosa,
de José-Manuel Montesinos
(FONORUZ, 2011)


Para contactar con el compositor o adquirir el CD:
www.lenguajedelasflores.blogspot.com
E-mail: montesinosjm@hotmail.com


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